jueves, marzo 30, 2006

LA PRISION INMUNDA

La prisión inmunda

Por Luis Alberto Ramírez
Miembro de la Direccòn de Cubaeuropa




No se es mas libre en Cuba si no, cuando se está en la cárcel, y aunque la isla es una prisión gigantesca donde el carcelero se lleva en el alma, siempre hay una manera de sentirse libre, aunque ese lugar sea justamente la cárcel.

Y es que la cuenta es simple ¿Qué mas preso se puede estar después de estar preso? Recuerdo que en mis tiempos de cautiverio me di banquete, todos los días después del recuento en lugar de decir "buenos días" decía "abajo Fidel" y nadie me reprendía por ello, la respuesta acostumbrada era "abajo" Yo pudiera decir que mi prisión fue inmunda en lugar de fecunda, aunque no es menos cierto que pude sentir, en ocasiones hasta en mi propia alma, las mas bajas pasiones del ser humano en todos los sentidos, vi hasta donde puede llegar la injusticia, la codicia y la maldad, pero comparado con la gran prisión, la cárcel es un pequeño postgrado en la Universidad de la vida en Cuba.

El cubano solo tiene tres caminos para la sobre vivencia, el primero, es quedarse allí sin ninguna esperanza fingiendo apoyar la tiranía y practicando las mas bajas pasiones de la humanidad, segundo, oponerse al régimen dispuesto a aguantar lo inaguantable, de parte del que oprime, y de quien finge apoyar al que oprime, con la esperanza de algún día ir a la cárcel, y por último, abandonar territorio nacional. Sin embargo, para muchos esta última opción es demasiado dolorosa, arrancarse ese pedazo de tierra del corazón y abandonar todo lo que uno ama es muy triste, pocos con la posibilidad de sobrevivir dan este responsable paso. En esta especie de posibilitados entran los militares, los dirigentes del Partido, los diplomáticos, los artistas, los marinos y los deportistas, y es aquí, en esta especie rara de cubanos a donde quería llegar ¿Por qué ningún pelotero y/o funcionario acompañante al clásico mundial de pelota hubo de abandonar la delegación cubana?

Bueno, esto va mas allá de las medidas de seguridad adoptadas por la tiranía en contubernio con los organizadores del clásico. Mi buen amigo y tocayo Luis Alberto Ramírez de Puerto Rico me dijo que los peloteros cubanos eran una especie de rehenes que tenían solo la obligación de jugar pelota, todos sus derechos como humanos eran absolutamente violados al punto de tenerlos retenidos en un Hotel sin la sola posibilidad de hablar con absolutamente nadie que no fuera miembro de la delegación, incluso no tenían ni la libertad de hablar con el primera base del equipo oponente en caso de embasarse, el piso donde se hospedaban estaba completamente tomado por fuerzas de vigilancia y las puertas de las habitaciones debían de estar abiertas para ser observados hasta en sus sueños, esto para cualquier persona que no sea cubana y que no haya vivido o sentido en carne propia las penurias del castrismo seria una exageración, una locura, algo increíblemente loco, sin embargo, es la cruda verdad, pero no fueron justamente esas medidas absurdas y represivas de seguridad lo que impidió que algún miembro de la delegación abandonara la misión, si, porque para la tiranía de Cuba la participación del equipo cubano en el clásico no fue una simple competencia deportiva internacional, fue algo mucho mas profundo, fue una misión, así como suena, una misión revolucionaria, porque como bien dijera el propio hijo del dictador, quien a la sazón era uno de los miembros de la delegación, "Los peloteros cubanos pertenecen a la revolución, son un equipo revolucionario, y su victoria es una victoria de la revolución" y, ¿Quién es la revolución en Cuba? Eso no se cuestiona. De hecho al dictador no le bastó el segundo lugar, porque comprendiendo que la victoria obtenida fue pírrica políticamente hablando, ahora se aparece con que la ganancia obtenida por la delegación cubana seria donada a los "mártires" de Katrina, con esta estrategia confunde con toda seguridad a la inmensa mayoría de tontos confundidos y mal informados que no saben que para que Cuba obtuviera el derecho de participar en el clásico debía renunciar a cualquier remuneración económica, de hecho el clásico en lugar de generar ganancias hizo todo lo contrario, pero el dictador se baja ahora con esa trampa, como dice mi Madre, "solo para joder"

Decía que, no fueron justamente las medidas adoptadas por la tiranía las que impidieron que desertara alguien sino, el carcelero que llevamos dentro, una especie de policía del alma que nace con los cubanos y lo acompaña durante toda su vida, algunos incluso lo meten en la mochila cuando abandonan Cuba, a otros le es tan difícil separarse de él que aun cuando ya están en tierras de libertad actúan como si aun viviera dentro de su alma, de manera que son incapaces siquiera de criticar a la dictadura, y regresan allá y de nuevo se postran ante la maldad como sumisos corderos, en ocasiones sin motivos, sin ningún allegado que por altruismo se deba ayudar, solo, quizás para sentir la bota encima de la nuca.

Para llegar a este comportamiento hicieron falta muchos años de férrea dictadura totalitaria, un trabajo muy cuidadoso que desde la cuna se implementa, desde lo círculos infantiles, pasando por las escuelas y terminando en los centros de trabajo. Para un cubano común oponerse al sistema castrista es una locura, y no es una opinión simplista, es que los centros psiquiátricos tuvieron mucho que ver con esa aparentemente absurda conclusión. Solo bastaría escuchar hablar a un cubano dentro de Cuba para creer que ciertamente viven normalmente con la "gloria" que les ha tocado vivir, sin embargo, como en la cárcel, todo es simulacro, formas de buscarle alternativas a la existencia. Los cubanos dentro de Cuba son reclusos completamente inocentes de sus condenas