sábado, julio 28, 2007

CUBA: TIEMPO DE LIBERTAD

Cuba: Tiempo de Libertad


por Celso Sarduy Agüero
Director de LiberPress
para Misceláneas de Cuba

LiberPress- Misceláneas de Cuba - Buenos Aires, 10 de Julio de 2007- Con estas líneas acepto y agradezco una invitación de Misceláneas de Cuba para esbozar algunas ideas sobre un tema que, desde hace mucho tiempo desvela a la mayoría de los cubanos: la posibilidad cierta de un cambio para nuestra Patria.

A fin de mes se cumplirá un año de la delegación "provisional" del mandato dictatorial de Fidel Castro a su hermano y heredero en el organigrama del poder de la Tiranía: Raúl Castro. El dictador interino ha mantenido invariable la represión y las violaciones a los derechos humanos y poco o nada ha hecho para paliar la crisis económica-social de carácter terminal que abate al país, a pesar de la fama de hombre pragmático que le atribuyen a Raúl. La realidad es que éste dista mucho de la personalidad ególatra, narcisista y mesiánica de su hermano mayor. En su condición de gobernante interino Raúl ha permanecido con las manos atadas por Fidel Castro, quien aún convaleciente, continúa manejando los hilos del poder, a pesar de ser impresentable en público.

El ejemplo más reciente del colapso económico castrista es el resultado de la última zafra azucarera, cuando el país produjo menos azúcar que a principios del siglo XX, en esos momentos la población cubana era el 10% de la actual y el país recién salía de treinta años de guerras independentistas. De nada sirvieron los métodos de gerencia empresarial tomados del grupo económico GAESA, propiedad del ejército cubano; ni que comandara el ministerio del azúcar uno de sus más conspicuos generales. El resultado invariablemente el mismo: un fracaso.

El fiasco de la cosecha azucarera es la mejor muestra de una economía colectivista en ruinas por ser históricamente la industria azucarera la actividad económica más relevante de la Isla al punto de convertir a Cuba en la azucarera mundial en los años de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Cuba mantuvo esa primacía hasta la llegada al poder de Fidel Castro quien desmanteló el 75 % de los centrales azucareros en momentos en que China e India (los dos países más poblados del planeta) aumentan a niveles exponenciales sus compras de alimentos, entre ellos azúcar para satisfacer la demanda de extensos sectores de su población que tienen un poder adquisitivo cada vez mayor.

Mientras la industria azucarera cubana languidece, Brasil, por solo citar un ejemplo, se ha convertido en el primer productor de azúcar mundial; sus ingenios azucareros, además de producir azúcar generan toda la energía que consumen y el excedente energético lo destinan a la red eléctrica nacional llegando a abastecer el 13 % del total de la demanda de energía eléctrica de ese país. Desde luego no hay un solo general brasileño administrando un ingenio azucarero, sino empresarios, gestión privada, la única capaz de producir milagros.

El resto de la agricultura cubana no ha corrido mejor suerte; tampoco el transporte, ni la construcción o mantenimiento de viviendas, al respecto solo basta con mirar alguna foto de La Habana que parece una ciudad bombardeada o ver a las personas acarreando baldes de agua como si viviesen en un campamento de refugiados. En fin, cualquier aspecto de la realidad cotidiana que afronta cada día el cubano de a pie es equiparable a los países más atrasados del planeta o a las zonas de conflicto.

La realidad cubana de hoy ha llegado a su límite histórico; Cuba ha arribado a ese punto muerto que antes experimentaron todos los países que conocieron la experiencia demencial del "Socialismo Puro y duro". Ya no alcanzan los millones de dólares de subsidio venezolano, ni la extorsión de las remesas familiares, ni el turismo aséptico, la verdad es evidente: este sistema no da para más.

La pregunta no es ¿cuándo? sino ¿cómo? iniciar el cambio. Los cubanos estamos ante una coyuntura histórica tal vez irrepetible, tenemos la oportunidad de reformular nuestro país prácticamente de cero. Estamos en una situación parecida al surgimiento de la República en 1902, con una economía devastada y un país en ruinas; esta vez no fue la tea incendiaria insurrecta, sino la lucha de un psicópata megalómano contra el orden natural y el sentido común.

En estos momentos los cubanos tenemos una situación privilegiada a la hora de tomar decisiones respecto a lo que se debe hacer o no. Hemos experimentado en carne propia la tragedia colectivista; los experimentos del intervencionismo económico estatista han demostrado sus secuelas de inflación, marginación social y pobreza, como sucedió en los años ochenta en América Latina y vuelve a suceder ahora con el retorno del Populismo en varios países de la región.

Hasta los "Estados de Bienestar" europeos han encontrado su techo, para distribuir riquezas primero hay que crearlas y desde luego, hay que crear las condiciones amigables para la inversión de Capital, que es el paso previo a la creación de las mismas. Hoy tenemos los ejemplos más recientes en la implementación de políticas liberales y sus extraordinarios resultados, como han sido Nueva Zelanda, Estonia o Irlanda; esta última con disminuir el impuesto a la riqueza del 48 % al 12 % dejó de ser ese país pobre emisor de emigrantes, que era para ser uno de los países que más inversiones per cápita recibe y ahora se ha convertido en el destino preferencial de los emigrantes de Europa del Este.

En Latinoamérica tenemos a Chile ejemplo en la implementación de políticas económicas liberales en serio, ajenas a los mamarrachos implementados en el resto del continente, donde coexistieron con la maquinaria de impedir estatista y las corporaciones empresarias y sindicales, con los resultados que todos conocemos.

La economía global experimenta el ciclo de crecimiento económico más importante en más de cien años, hasta el continente africano ha crecido a un promedio del 5 % anual, a pesar de los conflictos étnicos y la precariedad institucional e infraestructural. No se avizora un cambio importante de tendencia teniendo en cuenta el crecimiento económico sostenido de la India y China a un promedio en derredor del 10 % anual (el doble de la media mundial). Estos valores indican una demanda sostenida de alimentos y materias primas de todo tipo. Con la posición geográfica de Cuba, en las puertas de los Estados Unidos y la implementación de un Tratado de Libre Comercio con este país, puede convertirnos en una base de operaciones para empresas interesadas en ingresar en ese mercado.

Hasta en el aspecto tecnológico podemos saltearnos etapas, tal como está sucediendo en muchos países africanos, donde han pasado directamente a la telefonía celular y la Internet vía Wi-Fi, evitando cuantiosas inversiones en cableados de fibra óptica.

En Cuba no es necesario experimentar nada raro, ya casi todo está creado en el Mundo, sólo debemos presionar por un cambio en las reglas de juego que implique en primer término el reestablecimiento de un Estado de Derecho de acuerdo a los valores republicanos: con su clásica separación de poderes y la observancia del respeto de los derechos inalienables de la persona humana. Al mismo tiempo, basar esas reglas de juego en el respeto a la tenencia y transferencia de la propiedad privada, la implementación de cambios institucionales claros y inamovibles que garanticen la inversión privada, con la sola condición de ser legítima; sin importar su origen nacional e implementando facilidades absolutas de contratación y despido y la posibilidad de iniciar un emprendimiento comercial o empresarial con uno o dos trámites burocráticos. En fin con un cambio de paradigma que libere todo el potencial creativo de los cubanos nos llevará en poco tiempo a salir del marasmo actual, a palpar niveles de abundancia cada vez mayor, a recuperar la esperanza, a reencontrar a cada cubano con el destino que sea capaz de alcanzar.

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