domingo, marzo 30, 2008

DESAMPARADOS PLAGAN CIUDADES CUBANAS

DESAMPARADOS
PLAGAN CIUDADES CUBANAS

TOMADO DE REAL CUBA

José F. Sánchez
Analista
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Marzo 30, 2008


Un artículo publicado en un medio de la maquinaria mediática del régimen hace una apelación a "buscar solución al problema de las personas que 'deambulan' sin protección por las calles".



El eufemístico apelativo de "deambulantes" intenta atenuar el impacto de una admisión difícil de digerir tras "los cambios" que según Mariela Castro -hija del dictador sucesorio Raúl Castro- ya tuvieron lugar en Cuba, hace la friolera de medio siglo.

En el artículo de marras, el autor que se identifica bajo el nombre de Froilán Parra Suárez y escribe su reportaje basado en la oriental ciudad de Holguín hace alusión a la situación atravesada por "un hábil albañil cuyas prodigiosas manos eran capaces de lograr cambios impresionantes en las viviendas de sus clientes, aunque tuvieran pocos recursos. A su habilidad muchas personas agradecen las casas donde viven. Pero su incorregible adicción al alcohol lo transformó hasta su muerte. Tiznado, con la ropa sucia y harapienta, un palo como bastón y descalzo, deambuló durante años por las calles y contempló muchos amaneceres en los bancos de los parques holguineros. Pese a que la familia más cercana lo abandonó, luego de perder la esperanza en su recuperación, su despedida de este mundo, sin embargo, estuvo rodeada del cuidado de médicos y enfermeras de la Sala de Geriatría del Hospital Vladimir Ilich Lenin, de esta ciudad."

Por supuesto que en todas las sociedades modernas viven personas desampardas, pero en ningún de esos países sus gobiernos han estado cincuenta años proclamando que no existen en ellas desamparados tras algún cambio "para siempre" introducido gracias a la oportuna aparición de una figura política mesiánica y excepcional como Fidel Castro.

¿Como pudo el desamparado holguinero deambular durante años y dormir en la vía pública sin que el omnipresente y omniciente régimen -cuya policía política lo sabe todo- tomara cartas en el asunto? Evidentemente, el "cambio" ocurrido en 1959 no logró alcanzar al indigente cubano holguinero. Al mismo tiempo su existencia no podía ser admitida porque él constituía un contradicho, del mantra castrista de "en Cuba no existen desamparados ni el desalojo" repetido hasta el cansancio por la maquinaria mediática de propaganda.

El paliativo: en sus últimos momentos fallecería en un hospital cubano, rodeado de "cuidados" pero seguramente carente de sábanas limpias, de alimentos apropiados y quizás plagado de infecciones adicionales procedentes del estado de deterioro que sufren los centros hospitalarios cubanos por décadas.

Y prosigue el articulista: "No es un solo caso; desafortunadamente, en muchas ciudades cubanas están al alcance de nuestros ojos. Tampoco son parias ni desclasados. Son personas comunes, con oficios y procederes estables, hasta un día en que cambian sus vidas por el alcohol o porque el velo extraño de la demencia nubla sus mentes. Un colectivo de investigadores se dedica al análisis de las variadas situaciones de la vida social, que no pueden verse por separado en un tema sensible y con tantas aristas como el de los deambulantes. Este fenómeno es multicausal, por lo que elaboraron un perfil de quienes deambulan por la ciudad de Holguín. Se trata, en su mayoría, de hombres entre 50 y 60 años, a los que la familia no atiende. Hay barrios más proclives a esta problemática, como el reparto Alcides Pino. Los casos están, generalmente, ligados a algún tipo de marginalidad...

Tras declarar que "en el Centro de Salud Mental y de Rehabilitación Psicosocial - de Holguín- se ha atendido a 321 desamparados hasta el mes de febrero" Parra Suárez procede a reportar como los organismos oficiales -¡tardaron 50 años en involucrarse!- ahora proceden a enfrentar el problema de los desamparados que plagan la ciudades cubanas: "Gracias al trabajo conjunto de los organismos que participan en los análisis de cada caso en la Comisión de Prevención y Atención Social; ya han logrado reubicar varios casos, incluso algunos de provincias como La Habana, Santiago de Cuba y Villa Clara. Para completar su reinserción social, resultan decisivas las brigadas especializadas de Trabajadores Sociales. Muchos casos son críticos y requieren de análisis pormenorizados en los Consejos Populares."

Por supuesto que se trata apenas de la punta del "iceberg" o témpano de hielo del grave, endémico problema de los desamparados cubanos. En el pasado, en uno que otro raro caso de cobertura del tema de los "deambulantes" cubanos -por parte de corresponsales extranjeros en Cuba-, los reportajes fueron atacados despiadadamente por funcionarios del régimen, que sin excepción descalificaron tales informaciones.

Tras el cambio "reciente" que tuviese lugar en 1959, cinco décadas más tarde el tema reaparece sin "antecedentes", sin argumentos que expliquen, cuándo a lo largo de medio siglo "los organismos", "las comisiones de análisis", las "brigadas especializadas" dejaron de llevar a cabo su trabajo o si simplemente no lo hicieron nunca.

La sociedad cubana, la familia -antes "del cambio de 1959"-, siempre se caracterizó por tener especial cuidado de sus ancianos, de sus enfermos mentales. Cuba no se caracterizó por los niveles de pobreza tan acuciantes típicos del tercer mundo y de gran parte de América Latina. De hecho la Cuba de antes del castrismo no se caracterizaba por "niños de la calle", ni la escena común de las ciudades y pueblos de la Isla era la de desamparados y limosneros por las calles.

3 Comments:

At 2:41 p. m., Anonymous Anónimo said...

le escribe el autor que se identifica bajo el nombre de Froilán Parra Suárez. Leí su comentario sobre el reportaje Deambulantes, publicado en su blog.
Usted, sencillamente, manipula lo escrito, subraya aquello que conviene a su interés particular y obvia lo demás, en fin, la verdad la dice usted y no el periodista que escribe.
No voy a extenderme demasiado respondiendo su comentario, voy a referirme al final y lo invito a escribirme a mi correo: froypas@yahoo.com
Usted dice al final de su artículo:La sociedad cubana, la familia -antes "del cambio de 1959"-, siempre se caracterizó por tener especial cuidado de sus ancianos, de sus enfermos mentales. Cuba no se caracterizó por los niveles de pobreza tan acuciantes típicos del tercer mundo y de gran parte de América Latina. De hecho la Cuba de antes del castrismo no se caracterizaba por "niños de la calle", ni la escena común de las ciudades y pueblos de la Isla era la de desamparados y limosneros por las calles", fin de la cita.
¿Usted olvidó al caballero de París y otros tantos que vivían en las calles?
No creo tener que recordarle todos los que vivian en las calles de su adorada Cuba antes "del cambio de 1959", yo podría enumerar cientos de ejemplo, y usted podría citar los suyos.
Le invito, pues, a escribirme y yo le enviaré a cambio mis planteamientos.

 
At 11:45 p. m., Blogger PPAC said...

En la Cuba de antes de 1959 habian pordiosers y limosneros pero tampoco eran tan abundante como en la Latinoamerica de aquellos años. El propio Fidel Castro en sus discursos ha dicho que en Cuba no habían las condiciones objetivas para una Revolucón ya que habían otros pueblos en America latina con mas condiciones para que se hubieran llevado a cabo, pero que en Cuba habían las condiciones subjetivas para hacer esa revolución.
Por otra parte, si se ha derramado tanta sangre, tanto sudor, tantas lágrimas y tanto dolor para acabar, supuestamente, con las injusticias sociales del pasado: tiene sentido que haya aunque sea un sólo indigente en las calles o que una sola persona se acueste con hambre en la Isla ?. Ayer algunos no tenían el PAN, hoy casi todos no tenemos ni PAN ni PALABRA como ya escribió Raúl Rivero. Ayer algunos vivín de la caridad pública; hoy millones vivimos de la caridad mundial y del exilio cubano.

 
At 2:32 a. m., Anonymous Anónimo said...

Como dice una canción: Y me quedé esperando... Lo invité a un dialogo en mi correo, pero usted nunca me escribió.
Un saludo
Froilán Parra

 

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