lunes, octubre 28, 2013

Roberto Álvarez Quiñones: ¿Dijo Fidel 'Voy bien, Camilo'?


¿Dijo Fidel 'Voy bien, Camilo'?

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 De cómo una frase apócrifa pudo contribuir a dar una imagen de humildad del muy megalómano Fidel Castro.
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Por Roberto Álvarez Quiñones
 Los Ángeles
28 Oct 2013

Al cumplirse 54 años de la misteriosa desaparición de Camilo Cienfuegos es buena la ocasión, no ya para evocar  lo que todo parece indicar fue un asesinato político, sino para contribuir a desmitificar la célebre frase "¿Voy bien, Camilo?", atribuida a Fidel Castro y que en verdad él no pronunció.

La noche del  8 de  enero de 1959 estaba yo junto a mi familia viendo en la TV lo que podría considerarse el "discurso de la victoria rebelde"  desde  el campamento militar de Columbia, madriguera del recién derrocado dictador Fulgencio Batista. Horas antes de ese mismo día Fidel había hecho su entrada en La Habana, luego de recorrer  durante seis días el país en una caravana que se trasladó por la Carretera Central desde Santiago de Cuba hasta la capital de la nación. El flamante líder revolucionario  había comenzado su esperada alocución  después de que otros oradores hicieran uso de la palabra.

Por aquellos  tiempos era usual que en  los receptores de TV la imagen de pronto comenzara a oscilar, lo cual se controlaba con un botón que el aparato tenía para ese inconveniente tecnológico. En un momento en que dicho problema  se presentó en el televisor de mi casa, me levanté  y fui a accionar el botón mencionado.  Cuando estaba en esa misión,  con mi oído pegado a la bocina por la que salía el audio del  telereceptor, escuché claramente:  "¿Se oye bien, Camilo?"

Me pareció lógica la pregunta, pues había dificultades con los altavoces colocados en el lugar, y una parte del público y algunos oficiales del Ejército Rebelde ubicados detrás de donde estaba el orador se quejaban: "No se oye, Fidel". Y Camilo, colocado detrás de Castro hacia un lado, a veces le decía algo, probablemente para comunicarle que no se oía bien lo que decía.  Fidel entonces se acercaba más el micrófono.

Si Camilo fungía como "representante" del público que se quejaba de que no oía bien y él mismo tampoco  escuchaba  con claridad el discurso, bien podía ser también el legendario guerrillero quien le confirmase a Fidel si ya se oía bien cuando él se acercó más el micrófono. Eso explicaba que se dirigiera a Camilo, a lo que el  Héroe de Yaguajay  seguramente respondía si se oía bien, o no.

Al otro día, 9 de enero, en la prensa escrita se  publicó como titular de una nota informativa sobre el discurso de Fidel la frase "¿Voy bien, Camilo?", y también la supuesta respuesta de Camilo, que una mezcla de fantasía con el hecho de que los altoparlantes no dejaban escuchar bien el discurso convirtieron en otra frase mitológica:  "Vas bien, Fidel".

Al ver aquello publicado  me quedé estupefacto. ¿Fue víctima aquel  reportero  de las dificultades técnicas con el audio local y creyó escuchar otra cosa?  ¿Fui yo quien oyó mal? ¿Le preguntó Fidel primero a Camilo si se oía bien,  y después si era correcto lo que estaba diciendo?

Ante mis dudas esa mañana comenté el asunto con varios amigos y familiares. Todos me confirmaron que Fidel le preguntó a Camilo  si se oía bien, pues había problemas con los altoparlantes.

Humildad caída del cielo

Ya publicada en la prensa,  la frase gustó mucho y Fidel convenientemente nunca aclaró que no era eso lo que él  había dicho. El astuto comandante se dio cuenta de que aquella supuesta consulta suya a Camilo expresaba  una humildad que él  por naturaleza no poseía. El hombre más prepotente y seguro de sí mismo en el planeta jamás la habría hecho, pero aquella inesperada "virtud" caída del cielo por error  le venía como anillo al dedo para proyectar  una imagen de hombre modesto, sencillo, de un demócrata que no se consideraba a sí mismo superior a los demás o un sabelotodo, y que estaba dispuesto a consultar decisiones de gobierno.

Pero quienes conocen la personalidad de Castro saben que él jamás preguntaría a nadie si lo que hace o dice es correcto, o no. Nunca lo hizo, ni lo hará.  El  se percibe a sí mismo como un "iluminado". Todo lo que él dice o hace no solo es siempre lo adecuado, sino lo óptimo, lo más sabio que se le puede ocurrir a nadie sobre la Tierra.

Evidentemente los reporteros de prensa y el público asistente no estaban al tanto de que aquel encendido orador padecía —y padece— de un  go tan colosal que luego lo convirtió en el estadista más autosuficiente y soberbio en la historia de las Américas. La megalomanía de Castro —patología que tiene tan pronunciada como la de Napoleón o Hitler—  es tal que el escritor Gabriel García Márquez ha contado que cuando él jugaba a las damas con el Comandante y este perdía la partida no lo dejaba levantarse del asiento e irse hasta que el Gabo perdía.  O sea, Fidel no puede dejar de vencer ni en un simple juego de entretenimiento.

Además, suponiendo que Castro hubiese sido un hombre de gran humildad, tampoco habría consultado tantas veces si estaba diciendo lo correcto, pues habría dado una imagen muy negativa de una persona insegura de sí misma, incapaz de dirigir el país.

Por el contrario, el Comandante pronto se autoerigió en el  mejor experto agrícola y pecuario de Cuba,  el más talentoso genetista (recordemos las vacas híbridas F-1), el estratega infalible en materia económica, militar, geopolítica,  social,  y la voz suprema del Tercer Mundo, etc.

Un titular  impactante

Es muy probable que lo que ocurrió aquel 8 de enero fue que el reportero que redactó la nota sobre el discurso, o escuchó mal de verdad, o  creó  una frase parecida pero muy  simbólica para destacar  en un título impactante, poético y sugerente,  el  inicio de una nueva era de democracia en Cuba.

Cabe la posibilidad, sin embargo, de que unos oyéramos una cosa y otros escucharan otra. Sin embargo, son varias las razones que inclinan la balanza en favor de la pregunta sobre los altoparlantes de Columbia.

Hay una versión del discurso del equipo de taquigrafía del Gobierno que se supone fue tomada de la grabación original —que ha sido publicada más de una vez en los medios cubanos (se puede leer en internet) y en la cual aparece solo una vez la frase "¿Voy bien, Camilo", y el público exclama "¡Viva Camilo!". 

Esto niega que Camilo respondió "Vas bien, Fidel". En cuanto a la frase como tal,  dicha versión taquigráfica no es confiable. Si Castro se aprovechó de un error o confusión para presentarse como modelo de modestia,  así con esa "grandeza" humana debe aparecer su gesto en esa versión gubernamental.

La única forma de saber si la mítica frase se dijo o no sería oír la grabación original. Pero en 54 años jamás se ha podido escuchar esa grabación, al menos que yo recuerde. Ello revela que, o ya no existe dicha grabación, o que fue borrado el momento preciso en que Fidel le hace la pregunta a Camilo,  para no desnudar el fraude.

Yo me remito a lo que escuché nítidamente aquella noche,  junto a la bocina del televisor.

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Post y notadel Bloguista de Baracutey Cubano  publicado el 31 de octubre de 2010

Nota del Bloguista

En la revista Bohemia y en la prensa, congraciada con la flamante dictadura Castrista , se lee que la frase dicha por Fidel fue : ¨¿ Voy bien Camilo ?¨, algo inconcebible para una persona con un ego tan descomunal como el que siempre ha tenido Fidel Castro. Otras personas afirman que la frase realmente dicha fue: ¿ Se oye bien Camilo ?. El discurso está grabado y debe oirse, sin la manida frase en la mente, para determinar realmente cual fue la expresión dicha por Fidel, además de algunos ¨coño¨ que dijo durante ese discurso del 8 de enero de 1959 en el Campamento Militar de Columbia, aunque creo que fue ya en la madrugada del día 9.

He leido y oido diferencias entre Camilo y Raúl Castro y entre Camilo y el Che Guevara, pero no había leido que Camilo criticara a Fidel; dudo de que eso haya ocurido tan frecuentemente como para que Fidel Castro le preguntar públicamente a Camiloa. Soy del criterio que de ser cierto, Camilo hubiera muerto como murió René Ramos Latour o un tiro ¨escapado¨lo hubiera matado en su hamaca como Raúl Castro asesinó a una persona que no sabían si era o no culpable del delito imputado, según cuenta el Comandante Hubert Matos en un video en YouTube.
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Tomado de http://eichikawa.com

Muerte de Camilo

octubre 30, 2010 – 11:36 am

Tte. Coronel Reynaldo Sánchez

El enigma sobre la muerte de Camilo Cienfuegos está presente en la historia cubana como muchos otros hechos acontecidos después de enero de 1959, sin embargo hay fuertes indicios que nos ayudan a deducir que fuera eliminado por los Castro. Un hecho relevante lo constituye que el Gobierno jamás ha presentado una cinta con las grabaciones de las conversaciones del piloto de la avioneta de Camilo con las torres de control donde estarían la informaciones de cualquier desperfecto en la aeronave. Estas comunicaciones son obligadas y periódicamente se efectúan para seguir los vuelos de las naves aéreas; con más razón si tenemos en cuenta que Camilo Cienfuegos era en el momento de su fallecimiento el Jefe del Ejército Rebelde, de manera que por alguna razón desconocida estas cintas nunca se mostraron.

Otro indicio importante es que la aceptación popular de la persona de Camilo, tanto nacional como internacionalmente, despertó celos en Fidel y Raúl Castro. Camilo era un hombre carismático, alegre y sencillo que día a día ganaba más espacio entre la preferencia popular; su desaparición dejaba el camino libre para el ascenso de Raúl Castro como único jefe de todas las fuerzas armadas y Ministro de este ramo.

La frase muchas veces repetida de “¿Voy bien Camilo?” demuestra que esa interrogante respondía a críticas que de forma personal el insigne comandante rebelde le hacía a Castro, de otra forma no habría motivos para que Fidel Castro se asegurara de la aceptación de Camilo.

Al eliminar a Camilo y otros Comandantes y dirigentes anticomunistas los Castro aseguraban la incorporación al gobierno de viejos comunistas como Blas Roca Calderío , Carlos Rafael Rodríguez, Lázaro Peña y Fabio Grobart.

A pesar de toda la propaganda castrista jamás han podido mostrar a Camilo como un comunista; y es que jamás lo fue, la historia de Cuba tendrá, cuando llegue el momento, que reescribirse nuevamente y poner a cada quien en su lugar.

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Tomado de http://www.amigospais-guaracabuya.org

INEXACTITUDES CUBANAS

En nuestra historia se describen hechos que muchas veces son inexactos. Trataremos de aclarar algunos de ellos.

¿Voy bien Camilo? Supuestamente una pregunta que hizo Fidel Castro a su compañero de aventuras el comandante Camilo Cienfuegos. Ocurrió cuando Castro pronunciaba un discurso el 8 de Enero de 1959 en el campamento militar de Columbia a su llegada a La Habana. En realidad Castro preguntó: ¿Se oye bien Camilo?, pues desde el público algunos de sus ayudantes le señalaban que no se escuchaba bien. El público y la prensa entendieron que Castro le preguntaba a Camilo Cienfuegos si el contenido de su discurso era el correcto. Esta anécdota fue referida al autor por el propio Camilo Cienfuegos.

El apodo Manzanita se usa para referirse al dirigente estudiantil universitario José Antonio Echeverría. En realidad en vida de Echeverría, que se conozca, nadie se refería a él por este nombre. Simplemente era llamado José Antonio y, entre sus íntimos amigos, algunos le decían "Gordo". El origen de la palabra Manzanita se debe a una broma que usó José Antonio en una elección para la presidencia de la facultad de Arquitectura en 1956.

Los contendientes eran Osmany Cienfuegos y José Antonio Echeverría. Amigos de este último compraron una cesta de manzanas acarameladas y las repartieron entre los votantes. En aquella época había un anuncio de televisión muy popular de la artista Normita Díaz que alababa las manzanas acarameladas que vendían en las tiendas "10 Cénts.".El anuncio decía: "El que come manzanas siempre gana". Osmany Cienfuegos ripostó diciendo que ni con manzanas José Antonio le ganaría. Sin embargo, José Antonio fue el triunfador.

La primera Bohemia publicada en Cuba en el año 1959, mostró una foto del caído dirigente estudiantil con unos versos del poeta Francisco Riverón: Horror, ¿qué veo?-la flor desierta, marchita–te han picado manzanita los pájaros del dolor. Este artículo se hizo famoso en Cuba y se originó un apodo después de muerta la persona.

Cerca del malecón se encuentra un parque con una estatua del general Antonio Maceo, a caballo, esgrimiendo un machete en la mano derecha. El escultor probablemente desconocía que Maceo era zurdo.

Los propagandistas de Fidel Castro y su régimen insinúan que los servicios de inteligencia cubanos sabían por donde iban a desembarcar los expedicionarios de Playa Girón o Bahía de Cochinos. Nada más ajeno a la verdad. No sólo Castro desconocía el lugar, sino cayó en una trampa de desinformación y movió tropas, al mando del comandante Che Guevara, para la provincia de Pinar del Río en busca de los invasores. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) había preparado un desembarco "electrónico" y Castro lo creyó. La reacción de La Habana a Playa Girón fue bastante demorada, de 5 a 6 horas después que las primeras tropas habían desembarcado.

En el año 1959 se conoció una versión acerca del paso de los comandantes Camilo Cienfuegos y Che Guevara por la provincia de Camagüey. Esta versión hablaba que se había sobornado a un coronel del ejército de Fulgencio Batista. Así mismo se hablaba de soborno en el caso del famoso tren blindado que descarriló en Santa Clara y cayó en manos del Che Guevara. Sin embargo, no hemos conocido más del asunto. Tal vez, alguno de nuestros lectores pueda dar respuesta a estas interrogantes.

El nombre del grupo que atacó al cuartel Moncada, 26 de julio de 1953, bajo las órdenes de Fidel Castro era: Jóvenes del Centenario. Aunque esta acción, con la menos conocida de un ataque a un cuartel de Bayamo, marca el inicio de la revolución en Cuba, nadie que sepamos, ha podido explicarla a cabalidad. Es decir, cómo se entrelaza con el movimiento comunista de 1959. Necesitamos luz en este asunto.

¿Motivo de la barba de Fidel Castro? Su cara carece de mentón y es extremadamente redonda. Aunque es un hombre alto, seis pies y una pulgada, usa botas que le añaden cerca de dos pulgadas a su estatura. Fidel no se retrata en un grupo donde se encuentre una persona más alta que él. Por otro lado, inexplicablemente, los movimientos feministas no han protestado de que en Cuba no exista ni se conozca quién es su esposa, la primera dama. La misma Dalia Soto del Valle, nativa de Trinidad, es la madre de cinco de sus hijos. Fidel Castro, en la década del 70, posó para un famoso fotógrafo canadiense con el torso desnudo. Es un hombre lampiño, es decir sin pelos en el pecho. En Cuba se desconoce esta fotografía que fue publicada en un libro junto a la de artistas y personajes famosos.

FIN

Marcelo Fernández-Zayas
wpais@cais.com