jueves, julio 31, 2014

TRES FARSANTES Y UN MENTIROSO. Alfredo Cepero sobre la reunión relativa a la crisis migratoria de niños en la frontera del Presidente Barack Obama con los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador


Tomado de  http://www.lanuevanacion.com/articles.aspx?art=4756

TRES FARSANTES Y UN MENTIROSO

Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
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Ciudadanos enardecidos han dicho basta y demandan del gobierno que ponga fin a esta crisis de legalidad asegurando las fronteras contra inmigrantes ilegales antes de poner en vigor cualquier tipo de reforma migratoria integral.

Durante 50 años presidentes de ambos partidos han ignorado la violación de las leyes de inmigración de los Estados Unidos por millones de ciudadanos de México y otros países de Centro y Sudamérica. Hombres y mujeres desesperados por escapar de la violencia y la miseria ocasionadas por la corrupción y la indiferencia de sus gobernantes. Nadie con un adarme de compasión podría culpar a estos desdichados por escapar de un infierno sin esperanzas de redención. Por ese motivo el pueblo norteamericano ignoró por años la violación de sus leyes y los acogió con los brazos abiertos.

Pero la tolerancia llegó a su fin cuando 60,000 niños sin acompañantes y transportados por traficantes de drogas y de seres humanos aparecieron abruptamente en la frontera sur. No en la oscuridad de la noche sino a plena luz del día y pidiendo ayuda a una guardia fronteriza cuya misión es detener ilegales y no servir de niñeros a víctimas de la contumacia de sus gobiernos. Para complicar las cosas, expertos en el tema estiman que el número de niños podría llegar a 80,000 este año y a 130,000 el año que viene. Ciudadanos enardecidos han dicho basta y demandan del gobierno que ponga fin a esta crisis de legalidad asegurando las fronteras contra inmigrantes ilegales antes de poner en vigor cualquier tipo de reforma migratoria integral.

Sin embargo, cuando el presidente Obama, aborda este espinoso y conflictivo tema, hace una breve referencia a la crisis de legalidad y pone mayor énfasis en lo que califica como: "un asunto humanitario urgente". De hecho, sus críticos, aunque aceptan el calificativo de crisis humanitaria, afirman que la misma tiene su origen en los programas de la administración y en su laxo cumplimiento de las leyes de inmigración. Citan como ejemplo el decreto de Obama en el 2012 por el cual concedió una amnistía unilateral a unas 800,000 personas que eran menores de edad cuando cruzaron la frontera sur de los Estados Unidos.

Las encuestas, por otra parte, mostraron a la Casa Blanca que su "asunto humanitario urgente" se estaba convirtiendo en una crisis de credibilidad para el presidente. Un hombre con una bien ganada reputación de mentiroso por sus respuestas a las crisis de Benghazi, de Irán, de Siria, de Ucrania y del Internal Revenue; así como de sus promesas fraudulentas sobre el Obamacare.

En un frenético intento por contener el daño político, la Casa Blanca convocó a una cumbre festinada con los presidentes de los tres países de donde provenían los niños. Una cumbre totalmente inútil si tomamos en cuenta que esos tres personajes y sus antecesores en el gobierno de sus respectivos países son los principales culpables de las condiciones que obligaron a estos inocentes a enfrentar el abuso, la violación y la muerte a manos de delincuentes para escapar del infierno al que habían sido condenados.

El viernes 25 de julio, Obama recibió en la Casa Blanca a los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, Otto Pérez Molina, Juan Orlando Hernández y Salvador Sánchez Cerén respectivamente. El día anterior, en un intento por lograr la cooperación de México, Obama sostuvo una conversación telefónica con el presidente Enrique Peña Nieto.

Por su parte, los tres mandatarios invitados no vinieron en plan de contribuir a la solución de la crisis sino de evadir responsabilidades, culpar de la crisis a los Estados Unidos y exigir ayudas por parte de Washington. Aún antes de viajar a este país, Sánchez Cerén, el guerrillero que se robó las elecciones en El Salvador, declaró que "los tres países tienen que ver esto como un problema de derecho de los niños y de los adolescentes”. Y agregó: “No se les puede dar trato que no esté basado en una política de derecho”.

De igual manera, los tres presidentes centroamericanos se quejaron de lo que consideraban un incumplimiento de promesas de apoyo norteamericano a la lucha contra el crimen transnacional y por el desarrollo socioeconómico mediante la Iniciativa de Seguridad Regional de Centroamérica (CARSI). El hondureño, Juan Orlando Hernández, fue aún más lejos cuando calificó como "casi una burla" la iniciativa de 651 millones de dólares que desde 2008 ha prometido la Casa Blanca, pero que los gobiernos afectados aseguran que no están siendo liberados.

El guatemalteco Perez Molina, promotor de la legalización del consumo de drogas en su país, se arrogó la potestad de dar lecciones a Washington sobre la aplicación de fondos destinados a la seguridad fronteriza. En ese sentido manifestó que 2,000 millones de dólares (10 por ciento de los 20,000 destinados a la seguridad) producirían resultados más eficaces si eran destinados a mejorar las condiciones de vida en Guatemala, Honduras y El Salvador.

México, que nunca se queda atrás a la hora de culpar de sus males a su odiado vecino del norte dijo, a través de Miguel Ángel Osorio Chong, segundo en el Gobierno Mexicano, que: “Estados Unidos, con su propuesta migratoria y algunos discursos que se han escuchado, ha hecho creer a los países de Centroamérica, a los papás que están en Estados Unidos, que pueden recibir a sus hijos y que les van a dar ya la posibilidad del registro permanente”.

¿Quién les dijo a estos farsantes que los Estados Unidos son responsables de mejorar las condiciones de salud, educación y empleo para los ciudadanos de sus países? ¿Por qué creen estos señores que los contribuyentes norteamericanos tienen la obligación de destinar fondos a la solución de males foráneos cuando en este país existen todavía problemas de economía, educación y pobreza? Con una deuda nacional sin precedentes de 17 MILLONES DE MILLONES de dólares los Estados Unidos no pueden darse el lujo de seguir siendo el refugio de los desamparados del mundo ni el basurero adonde van a parar los desechos creados por gobernantes corruptos e insensibles a las necesidades de sus pueblos.

Y que no vengan ahora con la cantaleta de que estos niños escapan a la violencia en Centroamérica. Como lo demuestran las estadísticas, esa violencia es endémica y de antigua data. Es cierto que, en el 2013, según las Naciones Unidas, los homicidios en Honduras, Guatemala y El Salvador alcanzaron las cifras espeluznantes de 7,172, 6,025 y 2,594 respectivamente. Pero es también cierto que 20 años antes las muertes por homicidio en esos países andaban por el 50 por ciento de sus cifras actuales. La única excepción era El Salvador con 7,800 homicidios en 1995, debidos a un proceso de recuperación de una recién finalizada guerra civil. Lo que ha cambiado no es la violencia en Centroamérica sino la promesa de Barack Obama de conceder amnistía incondicional a todo inmigrante que cruce con éxito el Río Grande.

Lo que tiene que cambiar es la politización del problema migratorio por ambos partidos políticos de los Estados Unidos. Eso se lograría con la adopción de una política firme que garantice la seguridad en las fronteras y que, al mismo tiempo, ofrezca una vía aceptable por ciudadanos e inmigrantes para la incorporación de los últimos a la sociedad norteamericana.

Pero, sobre todo, lo que tiene que cambiar es la actitud de dependencia de los países que pretenden que Washington les resuelva sus problemas. Este no es tiempo de plañideras ni de demagogos sino de gobernantes que cumplan sus obligaciones y asuman las responsabilidades de sus cargos. Además, quienes reclaman con estridencia respeto a sus soberanías deben de tener la decencia y el coraje de resolver sus propios problemas y no echarle la culpa al "despiadado imperialismo yankee". 
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 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En los análisis sobre la crisis de los niños y adolescentes que cruzan ilegalmente la frontera   sur del territorio continental  de los EE.UU. no se dice que los EE.UU. es el país del mundo  que más inmigrantes legales acepta  en el mundo. Los EE.UU. en su política migratoria sólo pide que  la inmigración sea legal, segura y ordenada . Hay muchas formas de de inmigrar legalmente a los EE.UU. como son, por ejemplo, la reclamación familiar, por trabajo, por loterías o bombos,  refugio (para lo cual debe existir y demostrarse que la persona tiene  un temor bien fundado de persecución por cinco causas, entre la que se encuentra,  la persecución política)   , etc.. Esas posibilidades y facilidades de inmigrar a los EE.UU. es aprovechada por Estados, por grupos de personas  y por personas individuales  para lograr objetivos no siempre beneficiosos y con buenas intenciones hacia la estabilidad de los EE.UU.; un ejemplo es la tiranía de los Castro con la justa Ley de Ajuste Cubano, la cual es una ley, cuyo texto es  de aproximadamente una o dos cuartillas , que deja muchos ¨huecos¨ que  son aprovechados por esa dictadura totalitaria. Es elocuente que cuando se han querido tapar algunos de esos huecos, la tiranía ha aprovechado a tontos útiles y a sus agentes de influencias para  evitar que determinadas propuestas no lleguen a exponerse y aprobarse.

En la televisión y la prensa de EE.UU. dirigida a los latinoamericanos o iberoamericanos ( llamados hispanos)  residente en los EE.UU. no se profundiza en  el tema migratorio. Esa actitud llega hasta el punto  de que en el tema de la actual crisis migratoria de los niños de la frontera se expone el caso de la llegada de  una ¨niña¨  de la frontera de  16 años de edad   con una hija de tres años, cuya madre es hondureña y vive en EE.UU. desde hace más de una década   y no se le pregunta (en la cobertura televisiva)  a esa madre que vive desde hace años en los EE.UU. si reside legalmente en los EE.UU., si reclamó a su hija, etc. ; muchos menos se dice que muchos miles de hondureños llegaron a los EE.UU. con la Ley Nakara aprobada en el Congreso de los EE.UU.promovida de manera bipartidista.

Iniciativas promovidas con las mejores intenciones como   es, por ejemplo,  la de ayudar a legalizar  a  los ¨Dreamers¨¨(jóvenes estudiantes que llegaron siendo niños y adolescentes a los EE.UU. desde antes del año 2012)  pueden ser aprovechadas para echar por tierra la política migratoria de  los EE.UU. como es la actual crisis migratoria de los niños y adolescentes de la frontera.  Tengo la opinión de que la crisis de los niños de la frontera  no es espontánea y que está motivada  por diferentes factores; incluyendo que en noviembre hay elecciones para el congreso de los EE.UU. donde los republicanos pudieran mantener la mayoría en la Casa de Representante (House of Representatives) como lograr la mayoría en el Senado (Senate)  y con ello asegurarse de que antes de aprobarse una de las dos propuestas que existen para la legalización  de  inmigrantes ilegales, o no documentados,  se haga  DESPUÉS  de que se hayan asegurado las fronteras de los EE.UU.

EE.UU. no tiene ninguna deuda con los niños y adolescentes de Latinoamerica. Los gobiernos de sus países son los mayores responsables de la situación económica de sus países. Del gobierno de los  EE.UU. salen muchos millones de dólares de ayuda a Latinoamerica que no pocas veces son robados o mal empleados en esos países. Lo sucedido con los recursos enviados a Haiti por el devastador  terremoto del año 2011 son el más reciente y elocuente ejemplo. Los  EE.UU. permite  el irrestricto envio personal de remesas de dinero  a esos países. Las compañías norteamericana en Latinoamerica y en los propios EE.UU.  le dan muy frecuentemente mayores  salarios y beneficios  a sus trabajadores que las compañias latinoamericanas;  en esa afirmación no me olvido de los explotadores  empresarios y agricultores norteamericanos que usan a trabajadores ilegales, pues de no ser así, los ilegales  no cruzarían la frontera para trabajar

El Embajador Armando Valladares  habla  sin tapujos las verdades  sobre la crisis migratoria de los niños y adolescentes en la frontera entre EE.UU. y México.

Las verdades  que no quieren decir grandes televisoras y estaciones radiales hispanas  de los EE.UU.

 ¿El relevante periodista mexicano Jorge Ramos podría  invitarlo a su programa televisivo de los domingos en Univisión?