jueves, septiembre 25, 2014

Esteban Fernández: LA ALEGRÍA PUJADA Y SERIEDAD SIMPÁTICA

LA ALEGRÍA PUJADA Y SERIEDAD SIMPÁTICA
Por Esteban Fernández

Bueno, les hablé de la falta de sentido del humor en nuestra Patria, les escribí sobre la braveza fingida y hoy me ocuparé de la alegría, el embullo y las gracias excesivas, aparatosas y sin ton ni son y también vamos comentar sobre los pujos y la seriedad graciosa.

Lo primero que les sugiero a mis lectores -para entender a plenitud este escrito- es  sintonizar a las siete de la mañana en Univisión el programa “Despierta América”.  No, no es necesario que llegue al extremo de llamarle al espectáculo “Levántate Indio” como le dicen algunos exagerados.  Simplemente véalo por unos minutos para darse cuenta exacta de lo que es el entusiasmo premeditado al que se ven obligados a realizar los protagonistas de este show.

Digo “que es a la fuerza” porque a eso los conduce el terror que llevan por dentro de perder los trabajos como les ha pasado a muchos otros con anterioridad. Gente decente y correcta como Ana María Canseco, Raúl González, y Neida Sandoval  fueron eliminadas sin muchas explicaciones. No cuento a la preciosa Chiquinquirá Delgado porque ella prefirió salir de ahí  para no tener que participar más en las pujonerías desmesuradas de Despierta América. Ella estaba ahí fuera de serie. Que yo sepa su único fallo es gustarle Jorge Ramos.

Uno de los mejores atributos -para mí- que tiene un ser humano es hacernos reír sin intentarlo. Mis mejores amigos tienen esa cualidad -Fandiño, Denis, Hurtado, Rosado, Barco, Byrne, Caso, Bin, Amiche- de hablarme seriamente y  hacerme carcajear con lo que me están diciendo.

Y ayer mi nieto de 9 años sin buscarlo - al contrario estaba muy serio- me hizo reír. Mi hija llegó del trabajo muy molesta quejándose de su trabajo y repetía: "¡Ser maestra es la profesión más dificil del mundo!" y mi nieto se viró hacia mí y me dijo: "Abuelo, hay un trabajo mucho peor que ser maestra: ¡ser hijo de la maestra!".

Ya desde que comienza el mes de noviembre  la mayoría de las personas a nuestro alrededor comienza a obligarnos a sentirnos felices y embullados con el “Thanksgiving” y rematan en diciembre con la "euforia contagiosa" de las Navidades.

A mí el Día de Acción de Gracia me encanta pero considero que no es una ocasión para la pachanga sino una tarde muy bonita, emocionante, sobria y de agradecimiento a Dios. Y durante las Navidades cuesta tremendo trabajo que nadie me alegre la vida porque desde que salí de Cuba esa es la época más deprimente del año. Y ahí siempre -para complacer primero a mis hijas y ahora a mis nietos- me veo en la necesidad de aparentar júbilo.

¿Hay alguien que vea “Sábado Gigante” y piense que Don Francisco es en la vida real un tipo extremadamente gracioso y que es muy ocurrente o puede darse cuenta que simplemente puja las gracias durante el show? Mientras, el gordo Raúl de Molina se pasa todo su programa tratando de ser cómico pero hasta el bobo de la yuca nota que es un farsante.

Créanme que el elogio más grande que me pueden dar a mí no es diciéndome que soy un tremendo escritor sino cuando tres cubanos ilustres llamados Agustín Tamargo, Pedro Pablo Arencibia y Antonio Purriños han coincidido en el pasado en decirme: “Oye, al conocerte me doy cuenta que eres igualito en persona a lo que reflejas en tus columnas”… 
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 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano (Pedro Pablo Arencibia)
Creo que Estebita exageró al llamarme ilustre, pero ya a mi edad un poco de lisonjas no cae mal :-).
 Además, se que lo hace de buena fe (! no el grupo proCastrista!)  y no como otros que a los que llegamos a la edad del Medicaid y Medicare  nos llaman de ¨la edad dorada¨, aunque quizás esas personas tengan razón, pues a los dueños de los HMO y otras instituciones privadas de salud los de la ¨edad dorada¨somos  equivalentes a $$$$$, es decir: ORO ya que el gobierno federal y el estatal cubren los gastos. Antes de llegar a esa edad nos podía ¨partir  un rayo¨ que no se ocupaban de nosotros.

1 Comments:

At 4:11 a. m., Anonymous NoTeVe said...

“Despierta América,” que no me queda otro remedio que soportar por unos minutos mientras desayuno en camino al trabajo, diera cierta risa si no diera tanta pena. Ahora, ganarle al "Don Francisco" en pesadez es bien difícil, y el plomizo Molina no es solamente pesado sino vergonzoso. Vaya "entretenimiento."

 

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