sábado, enero 31, 2015

Cuba. Entrevista en diciembre de 2014 al líder opositor pacífico cubano Jorge Luis García Pérez ¨Antúnez¨


Mi experiencia más fructífera y difícil ha sido la cárcel”
Publicado el 26 octubre, 2014 por Cubaverdad   

Jorge Luis García Pérez, Antunez. (14ymedio)

Al salir de la prisión, a Jorge Luis García Pérez, Antúnez, le costó algún tiempo asimilar que podía ir sin vigilancia donde quisiera. Le habían arrebatado 17 años y 37 días de su vida.

Tal como aprendió a hacer en la cárcel, hoy dedica sus esfuerzos a la resistencia cívica, inspirado en la doctrina de Gene Sharp y Martin Luther King. Su movimiento agrupa a decenas de activistas que realizan protestas callejeras y encuentros cívicos en varias provincias del país y en su Placetas natal.
Pregunta. Hablemos de antes de ir a la cárcel, Antunez adolescente ¿Qué querías ser?
Respuesta. En la adolescencia, bombero. Me gustaba eso de rescatar personas, apagar fuegos. Pero antes de ir a prisión quería ser abogado. Creo que esa era mi vocación.

(Jorge Luis García Pérez, ¨Antúne¨)

P. La cárcel es una experiencia de supervivencia. ¿Crees que la prisión te endureció?
R. La experiencia más fructífera y difícil, por paradójico que pueda parecer, ha sido la cárcel. Yo nunca pude imaginar que la cárcel iba a ser tan dura como lo que yo vi, ni tampoco que iba a ser testigo y víctima de los viles atropellos que viví. No sé responderte si me endureció o no. Cuando ingresé en prisión tenía una ideología mucho más radical, era menos democrático. Pero la cárcel, gracias a Dios y a un grupo de personas que conocí, me ayudo a ser más tolerante, más incluyente y a respetar distintos criterios.
Estando preso, fui al régimen de mayor severidad de Cuba. La tenebrosa prisión de Kilo 8 en Camagüey, conocida popularmente como “se me perdió la llave”, donde se encuentran los represores más siniestros. La tortura forma parte de la mentalidad represiva de los carceleros de manera constante y cotidiana. Fue allí donde un grupo de presos políticos nos agrupamos y fundamos el Presidio Político Pedro Luis Boitel, para enfrentarnos a la represión de manera cívica. Por eso te digo que el presidio no me endureció, porque de ser así yo hubiera salido con rencores, con odios y sentimientos de revancha, y no fue así.
P. ¿Cuál es tu música preferida?
R. Me gusta la música romantica, Maricela, Marco Antonio Solís, Juan Gabriel. Pero también disfruto el jazz, aunque no soy un conocedor. La música con la que duermo siempre es instrumental.
P. ¿Nos compartes tus proyectos personales?
R. Hay un dicho según el cual un hombre, antes de morir, debe sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Afortunadamente el libro ya está, se titula Boitel Vive, lo editó CADAL en el año 2005. Árboles he sembrado muchos, porque soy un guajirito del campo. Solo me falta tener un hijo con la mujer que amo, Iris Tamara Pérez Aguilera, así que ahí ya te estoy contando una de mis metas por alcanzar.
P. Sabes que un número creciente de disidentes y activistas ha identificado cuatro puntos de consenso ¿Qué te parecen?
R. Creo que son temas permanentes de demanda que atañen a todos los miembros de la oposición y a todos los cubanos estén donde estén. Quisiera que sean muchos los compatriotas que se adhieran a estos cuatro puntos. Creo que representan el sentir de todo buen cubano: que liberen a los presos políticos, que el gobierno cubano ratifique los pactos de derechos humanos, que se reconozca la legitimidad de la oposición y el cese de la represión. Todo lo que se haga por el cambio, por liberarnos de la dictadura comunista que nos oprime, es positivo.

P. ¿Por qué Antunez no se va de Placetas?
R. No todo el mundo quiere irse para La Habana. Yo conozco muchas personas que conservan el arraigo. Yo diría que, más que arraigo, es una necesidad espiritual. Yo me ausento de Placetas tres o cuatro días y me empiezo a sentir mal. Y esa sensación que tengo cuando me voy acercando por los elevados, viniendo de Santa Clara… eso es algo inexplicable. Ese lema que yo repito, “Ni me callo ni me voy de Cuba”, significa también: “Ni me callo ni me voy de Placetas”