miércoles, marzo 22, 2017

Videos sobre El Tratado de Versalles y la llegada de Adolfo Hitler al poder. Relación entre el marxismo y el Partido Nazi o Partido Nacional Socialista

Published on Mar 22, 2017
Hoy en Tiempos Modernos nos acompaña una vez más el historiador, Fernando Paz, para analizar la llegada de Hitler al poder.

Hitler llega al poder



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Published on Mar 21, 2017
Hoy en Tiempos Modernos nos acompaña el historiador y profesor, Luis Togores, para hablar sobre "El Tratado de Versalles".

El Tratado de Versalles



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Tomado de http://revista.libertaddigital.com

Hitler y el Che, dos caras de la misma moneda

(Fragmento)
Más allá de esta anécdota, lo trágico de la cuestión radica en que multitud de jóvenes, políticos e intelectuales continúan alabando las virtudes de esta ideología totalitaria y genocida, al tiempo que proclaman con total soltura su espíritu "antifascista", cuando en realidad comunismo, fascismo y nazismo configuran un frente común. Son, en esencia, manifestaciones diversas del pensamiento anticapitalista más extremo.
Uno de los aspectos más llamativos y contradictorios de estos movimientos de izquierda tiene que ver con su total ignorancia del ideario nacionalsocialista, que guarda numerosas similitudes con el comunista. Ambos aspiran a reconstruir la sociedad desde los cimientos –para lo cual precisan derribar las instituciones existentes–; a conformar un mundo nuevo que, a modo de paraíso utópico, dé origen a un hombre renovado, cuya voluntad individual quede anegada por el bien común, el espíritu del pueblo (léase Estado). Así pues, el eje vertebrador de comunistas y nazis es ni más ni menos que su idolatrado socialismo.
Hitler y Lenin perseguían un mismo objetivo: erradicar la libertad individual y el capitalismo. El primero tenía una visión nacionalista basada en la lucha de razas; el segundo, una perspectiva internacionalista sustentada en la lucha de clases. Luciano Pellicani, en su obra Lenin y Hitler, los dos rostros del totalitarismo, desentraña a la perfección el denominador común de ambas ideologías. Así, basta con leer los alegatos anticapitalistas de los líderes nazis para comprobar el germen puramente socialista del totalitarismo hitleriano:
  • Adolf Hitler: La lucha más fuerte no debía hacerse contra los pueblos enemigos, sino contra el capital internacional. La lucha contra el capital financiero internacional era el punto programático más importante en la lucha de la Nación alemana para su independencia económica y su libertad (...)
  • En la medida en que la economía se adueñó del Estado, el dinero se convirtió en el Dios que todos tenían que adorar de rodillas (...) La Bolsa empezó a triunfar y se dispuso lenta pero seguramente a someter a su control la vida de la nación (...) El capital debe permanecer al servicio del Estado y no tratar de convertirse en el amo de la nación.
  • Tampoco después de la guerra podremos renunciar a la dirección estatal de la economía, pues de otro modo todo grupo privado pensaría exclusivamente en la satisfacción de sus propias aspiraciones. Puesto que incluso en la gran masa del pueblo todo individuo obedece a objetivos egoístas, una actividad ordenada y sistemática de la economía nacional no es posible sin la dirección del Estado.
  • Yo no soy sólo el vencedor del marxismo, sino también su realizador. O sea, de aquella parte de él que es esencial y está justificada, despojada del dogma hebraico-talmúdico. El nacionalsocialismo es lo que el marxismo habría podido ser si hubiera conseguido romper sus lazos absurdos y superficiales con un orden democrático.
  • Joseph Goebbels: Nosotros somos socialistas (...) somos enemigos, enemigos mortales del actual sistema económico capitalista con su explotación de quien es económicamente débil, con su injusticia en la redistribución, con su desigualdad en los sueldos (...) Nosotros estamos decididos a destruir este sistema a toda costa (...) El Estado burgués ha llegado a su fin. Debemos formar una nueva Alemania (...) El futuro es la dictadura de la idea socialista del Estado (...) Ser socialista significa someter el Yo al Tú; socialismo significa sacrificar la personalidad individual al Todo.
  • S. H. Sesselman (líder el partido nazi en Múnich): Nosotros somos completamente de izquierda y nuestras exigencias son más radicales que las de los bolcheviques.
  • Gregor Strasser (presidente del partido nazi entre 1923 y 1925, mientras Hitler estuvo encarcelado): Nosotros, jóvenes alemanes de la guerra, nosotros, revolucionarios nacionalsocialistas, desencadenamos la lucha contra el capitalismo.